Cómo cultivar para principiantes - Autoflorecientes
Dado que las semillas autoflorecientes, como su nombre indica, entran automáticamente en la fase de floración, son ideales para principiantes sin experiencia en el cultivo. Con estas semillas, no tienes que preocuparte por los ciclos de luz, las semillas lo hacen por ti automáticamente. Cuando se cultiva bajo luz artificial, recomendamos un ciclo de luz de 18 - 20 horas de luz y 6 - 4 horas de oscuridad al día. Esto debe mantenerse durante toda la vida de la planta y no debe cambiarse.
1. germinar las semillas: El primer paso es colocar las semillas en un vaso de agua durante unas 24 horas. A continuación, coloca las semillas entre dos paños húmedos o Zewa para que cada semilla tenga espacio suficiente. A continuación, coloca los paños con las semillas entre dos platos. Esta disposición garantiza un entorno oscuro y húmedo, perfecto para la germinación.
2. el lugar adecuado: Coloca las placas en un lugar cálido a temperatura ambiente. Compruebe los paños a diario y rocíelos con agua si es necesario para que no se sequen. La plántula debería ser visible en pocos días. Algunas semillas pueden tardar hasta diez días en brotar.
3. Trasplantar: En cuanto las raíces midan unos centímetros, planta las semillas directamente en la maceta definitiva de 11 a 19 litros, dependiendo de lo grandes que quieras que acaben siendo tus plantas y del espacio del que dispongas. Rellena la maceta con tierra especial para cannabis o con tierra normal de la tienda de bricolaje, que es perfectamente adecuada para cultivadores aficionados. Haz un agujero del tamaño de una taza en la tierra normal y rellénalo con tierra de cultivo/herbácea. Coloca la semilla germinada en la tierra con la raíz hacia abajo, la cubierta de la semilla debe quedar a 2-3 centímetros por debajo de la tierra. La planta es muy sensible, así que asegúrate de no dañar la raíz ni aplastar la plántula.
4. Acostúmbrate al sol: Al cabo de 2-3 días deberías ver las primeras hojas de tus plantas, los llamados cotiledones. Deja que se acostumbren poco a poco a la luz del sol, sobre todo si piensas ponerlas en el exterior. Lo ideal es colocarlas en un alféizar a la sombra parcial. Pasados unos días, puedes sacar las plantas al balcón o al jardín. Cuida bien tus plantas durante esta fase: son muy sensibles. Si las plántulas se alargan demasiado, suelen necesitar un poco más de luz. Además, la tierra debe estar siempre húmeda, pero nunca mojada, ya que así se favorece el buen desarrollo de las raíces. Un poco de viento también es útil para evitar que las plantas se "enmohezcan" y favorecer un buen crecimiento de las raíces. Por ejemplo, se puede colocar un pequeño ventilador de PC o un ventilador más grande a una distancia suficiente.
5. fase de crecimiento: La fase de crecimiento suele durar unas 3-4 semanas. Sus plantas se desarrollarán rápidamente durante este tiempo. Asegúrate de que reciben suficiente luz y agua. Si tus plantas están en el balcón, asegúrate de que reciben al menos 5-6 horas de luz solar directa al día. Protégelas de la lluvia fuerte y el viento colocándolas en una zona resguardada o cubriéndolas. Mantenga la temperatura ambiente entre 20-28 °C y asegúrese de que haya una buena ventilación.
6ª fase de floración: Después de unas 4 - 5 semanas, las plantas autoflorecientes empiezan a florecer automáticamente. Debes abonar en cuanto veas las primeras flores reales en las plantas. Empieza con una dosis baja y ve aumentándola gradualmente, pero sólo si tus plantas toleran bien el abono. Uno de los errores más comunes, sobre todo al principio, es abonar en exceso, demasiado pronto o con los nutrientes equivocados. Los síntomas pueden parecerse a los de una carencia de nutrientes, por lo que hay que tener especial cuidado en este caso. Para evitar la sobrefertilización, es aconsejable añadir abono sólo cada dos riegos y vigilar de cerca la planta entre uno y otro. Si las hojas se oscurecen demasiado o los bordes de las hojas empiezan a curvarse ligeramente, puede ser el primer síntoma de un exceso de nutrientes. Lo mejor es utilizar un abono especial para cannabis o un abono con un mayor contenido en fósforo y potasio (por ejemplo, en una proporción NPK de 1:3:2). También hay que tener en cuenta el valor del pH. Muchos fertilizantes para cannabis contienen ingredientes que corrigen automáticamente el valor del pH al valor preferido de la planta, entre 6,3 y 6,5. Lo ideal es que el agua de riego tenga un pH ligeramente ácido. Si el agua de su región es más bien alcalina o muy calcárea, puede valer la pena utilizar un filtro de agua o añadir algún ácido (por ejemplo, ácido cítrico o productos especiales para "bajar el pH"). Esto no suele ser necesario, pero si su planta muestra signos de carencia de nutrientes a pesar del abono, ésta puede ser la razón. Sigue vigilando las plagas y enfermedades y mantén las plantas sanas y fuertes.
7. inicio de la cosecha: El momento de la cosecha se alcanza después de 8-10 semanas, cuando alrededor del 70-80% de los tricomas (los "hongos" de las flores) muestran una turbidez lechosa. Lo mejor es coger una lupa y mirar las flores para ver si los tricomas son lechosos. Esto es difícil de ver a simple vista. Corta las plantas, retira todas las hojas grandes y cuélgalas boca abajo en un lugar fresco y oscuro para que se sequen; lo ideal es una temperatura de 20 °C y una humedad del 40-50%. Las flores no deben secarse demasiado rápido, pero tampoco deben enmohecerse. Por eso, el aire debe circular constantemente. Al cabo de una o dos semanas, las flores están secas y listas para seguir procesándolas.
8. injertar la cosecha: Después del secado, corte las flores de la planta y colóquelas en tarros herméticos para que maduren. Durante las 2 primeras semanas, compruebe las flores a diario y deje el tarro abierto durante unos minutos. Si es necesario, saque las flores húmedas del tarro durante unos minutos y déjelas secar al aire. Este proceso posterior a la maduración puede durar entre 4 y 8 semanas, dependiendo del sabor. Aquí se descompone la clorofila y se intensifica el perfil de terpenos de las cepas. Los cogollos deben "curarse" a una humedad relativa de entre el 65 y el 70%. Una vez completado este proceso, se recomienda el almacenamiento permanente a una humedad relativa del 55 - 60% en un lugar fresco y oscuro. Por ejemplo, en su bodega.
¡Buena suerte y que disfrutes creciendo!